La alcachofa en la gastronomía de Semana Santa
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Me encantan las alcachofas en todas sus versiones y en cualquier época del año, pero especialmente ahora, en Semana Santa, pueden ser un gran aliado para enriquecer platos sin aportar un exceso de calorías. Mis pacientes las incluyen semanalmente en sus menús, en mayor o menor cantidad según edad y necesidades.
¡Os cuento sus bondades y secretos!

La alcachofa, o alcaucil, está considerada como una de las verduras más completas, tanto por su sabor como por sus propiedades nutricionales. Es una de las fuentes vegetales más ricas en calcio, hierro, vitamina B, vitamina C, magnesio y potasio.
Además, se ha convertido en un alimento muy respetado y solicitado en el mundo culinario gracias a su gran versatilidad. En España, su consumo tiene una larga tradición gastronómica en regiones como Cádiz, Murcia o Navarra.

Su nombre científico es Cynara scolymus, y proviene del noreste de África y el Mediterráneo oriental. Ya era conocida en la época de los griegos y los romanos. Parece que fue en la Edad Media cuando comenzó a introducirse en Italia y España, y hoy en día se cultiva en muchos países de la cuenca mediterránea.

¿Cuáles son sus principales propiedades?

  • Baja en calorías: con un alto contenido en agua y sin grasas saturadas, es saciante y ligera.
  • Diurética y depurativa: muy baja en sodio, ayuda a eliminar líquidos, toxinas y a reducir la inflamación, especialmente en las piernas.
  • Hipotensora: reduce la presión arterial de forma natural y suave. Si tienes la tensión baja puedes consumirla, pero sin excesos ni a diario.
  • Adelgazante: mejora el procesamiento de grasas y la eliminación de líquidos, ayudando a mantener el peso.
  • Digestiva: su fibra proporciona saciedad y mejora el tránsito intestinal, ayudando a prevenir el estreñimiento.
  • Reduce el colesterol: gracias a la cinarina y su riqueza en fibra.
  • Apta para diabéticos: contiene inulina, un carbohidrato que se transforma en fructosa, asimilable sin necesidad de insulina.
  • Reduce los cálculos biliares: estimula la producción de bilis y mejora el funcionamiento de la vesícula.

Y un truco: ¡no tires el agua de cocción! Es rica en minerales, diurética y muy depurativa. En mi consulta la recomiendo especialmente a quienes están en proceso de pérdida de peso o retienen líquidos. Ideal para después del finde o días de excesos. Así que ya sabes: cuando cocines alcachofas, guarda esa agua y consúmela en esos momentos.

Cómo elegir y cocinar la alcachofa de forma fácil y rápida

No te dejes llevar solo por lo bonitas que se ven. Las mejores alcachofas son las más compactas. Un truco: apriétala cerca del oído, si cruje, es que está fresca. También fíjate en que tenga un color vivo y aspecto terso.
Recuerda que, una vez recogidas del campo, solo se mantienen frescas entre 7 y 10 días, así que guárdalas en el frigorífico y consúmelas pronto.

Aquí te dejo un paso a paso para cocerlas y conservarlas:

  1. Lava bien la alcachofa y retira las hojas externas dañadas.
  2. Hierve en agua con sal durante unos 30 minutos.
  3. Déjalas enfriar. Sabrás que están listas cuando puedas retirar fácilmente las hojas.
  4. Córtalas por la mitad y retira las partes duras, dejando el corazón y el tallo limpio.
  5. Añade un buen aceite de oliva y ¡listas para saltear, asar o añadir a tus ensaladas!

Y por supuesto, no pueden faltar en los guisos de Cuaresma, aportando textura, sabor y nutrientes. Algunas ideas:

  • Guiso de alubias con alcachofas
  • Pescado con almejas y alcachofas
  • Alcachofas al horno con queso gratinado
  • Guiso de bacalao con patatas y alcachofas
  • Revuelto de alcachofas con piñones y huevo

Puedes ver cómo limpiar alcachofas de forma fácil en nuestro vídeo de @angelica_aragon_nutricion

Fuentes: https://alcachofa.es/beneficios/

Angélica Aragón Aragón
Farmacéutica y Nutricionista – Ncol 2264